Los vencejos son aves fascinantes, pero si además en un mismo punto geográfico puedes observar las 5 especies de la península, la cosa se vuelve aún más interesante. Esto es lo que tiene de singular Alange, un pueblo de Extremadura que está orgulloso de ello y que celebra cada dos años una fiesta a sus vencejos.

En la iglesia del pueblo, habita durante todo el año una colonia de vencejos invernantes, hecho que ocurre tan solo en 3 puntos de Europa. (Cómo sabéis el otro de ellos es Sevilla, donde precisamente no les hacen una fiesta sino todo lo contrario, pero de eso hablaremos en otro momento…) Todos los habitantes de Alange son conscientes de este hecho, y se sienten implicados en la conservación de estas aves insectívoras, así lo dijo el Alcalde en la charla de apertura del festival: “Nos hemos dado cuenta que debemos proteger estas aves porque dan valor al turismo y mucha gente viene de fuera a verlas, hemos pasado de quejarnos por sus excrementos a valorar a los vencejos”.
Y es que el emblema turístico de Alange “Alange destino saludable” ha incluido un subproducto dentro del paquete de experiencias que ofrecer al turista que se llama “Alange destino ornitológico”. Salud y aves. En Alange han sabido entender que no hay una sin la otra.

El segundo día, se puso en la plaza del pueblo, bajo la colonia de vencejos de la iglesia, carpas de entidades conservacionistas donde se ofrecían talleres y actividades para los más pequeños. Mientras tanto, en el Ayuntamiento, estaban preparadas unas interesantes charlas sobre el que seguramente sea el ave más impresionante del mundo.
José Antonio Montero, redactor jefe de la revista Quercus habló de las aves urbanascomo embajadoras de la biodiversidad, un tema en auge que cada vez preocupa a más gente, concluyendo que “la educación ambiental con aves urbanas es un recurso muy importante que cada vez cobra más valor”.

Después vino Marina Guerrero, bióloga encargada del traslado de una colonia de vencejos del interior de la Alhambra, a un muro exterior del monumento donde no se perjudica la celosía.
Quizás estéis sorprendidos porque en Granada se hayan tomado la molestia de llevar a cabo este tipo de actuaciones, sin embargo, este debería ser el modo de proceder normal, ya que los vencejos son aves protegidas y no se puede hacer ningún tipo de intervención en sus lugares de reproducción, a menos que se lleven a cabo medidas compensatorias. Sin duda, una gran labor la de Marina, a quién le hicieron un año de contrato para dicha labor y va por el quinto, ya que por mucho que la administración quiera correr, la naturaleza tiene sus tiempos.

Encarna y Gustavo, de SEO Galicia, dieron una ponencia sobre la conservación del patrimonio histórico y los vencejos, un problema con el que los defensores de los vencejos tenemos que luchar día a día, lo que supone un terrible desgaste. La restauración de edificios es el mayor enemigo de estas aves y una cosa está clara, las cajas nido no tienen ni la mitad de efectividad para la conservación de los vencejos que los nidales integrados en la arquitectura. La única solución para nuestras aves urbanas está en la colaboración y el diálogo entre medio ambiente y urbanismo.
Angel T. Mejías, responsable de Birdsclean con su famoso sistema para la recogida de excrementos de avión, nos presentó sus nuevas bandejas para nidos individuales, demostrando que la convivencia entre aves y personas no está reñida y siempre se pueden encontrar soluciones con un poco de ingenio (y ganas).

Esto es algo que no se puede conseguir si no existe una educación que enseñe al ciudadano que los beneficios que nos dan las aves urbanas están por encima de lo que se consideran molestias. En su charla sobre educación ambiental, Rafa Benjumea apeló a la frase “no se puede amar lo que no se conoce” para completarla añadiendo que “no se puede amar lo que no emociona”. En su trabajo dentro del programa EducAves, no enseña a los niños a identificar a todas las especies, pero si a conocer aquellas que tienen más cercanas, las que viven en su persiana o en el alero de su edificio, para que por ellos mismos descubran la vida fascinante que ocurre en la ciudad. Las visitas con los colegios a Doñana son necesarias pero, ¿puede un niño apreciar el valor de un águila imperial sin ninguna experiencia previa en la naturaleza? Valorar la fauna más cercana es el primer paso para entender la conservación a gran escala.
Con todas estas conversaciones apasionantes, y reunidos entre amigos del mundo de los vencejos, transcurrió el II Festival de los Vencejos de Alange. Un evento del que esperamos con ganas la tercera edición, porque aún queda mucho que decir (y hacer) por los vencejos.
Vídeo de los vencejos en la plaza de Alange el 25 de mayo de 2018, primer día del festival. ¡Todo un espectáculo!
