Desde hace semanas hemos observado que han empezado a llegar a nuestras ciudades y campos los primeros aviones y golondrinas que vienen a pasar el verano a nuestro país.
Usualmente la mayoría de la gente los llama a todos por igual «golondrinas», pero lo cierto es que son dos especies distintas, si bien pertenecen a la misma familia: Hirundinidae.
Estas aves, junto a los vencejos (a los cuales dedicaremos otra entrada), tienen un papel fundamental en nuestro ecosistema ya que comen enormes cantidades de insectos, al igual que los murciélagos, y sin ellas tendríamos un grave problema. Desde hace tiempo se ha observado que acuden mucho más a las ciudades y en éstas se llegan a congregar grupos más numerosos que en el campo. Esto se debe a la contaminación lumínica que hay en nuestras ciudades, la cual atrae a muchísimos insectos.
Estas delicadas avecillas nos están dando una gran oportunidad adaptándose a la vida en nuestras ciudades, ¡y la gran mayoría de personas no comprende el gran favor que nos están haciendo!
Por eso, y por puro respeto a la vida desde Ecourbe queremos promover la conservación de los nidos de estas preciosas aves, que cada primavera llenan los cielos de nuestras ciudades de belleza y equilibrio, y a pesar de ello algunos se dedican a destruir sus nidos porque les ocasionan molestias. Deberían saber que sería más molestia que no estuvieran.
Si tienes la oportunidad de tener nidos en tu casa, siéntete un privilegiado y no te molestes tanto por las cacas, que al final no son para tanto.
ECOURBE 
En Bélgica, de las cuatro especies emparentadas, el único que recibe un nombre distinto es el vencejo común, martinet noir, apus apus, Las demás caen todas bajo el nombre de hirondelles. Hirondelle rustique, golondrina común, hirundo rustica. Hirondelle de rivage, avión zapador, riparia riparia. Hirondelle de fenetre, avión común, delichon urbica.
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