El parón que está ocurriendo en el mundo debido al confinamiento por la alarma del COVID-19 ya ha tenido efectos positivos sobre el cambio climático, como por ejemplo, que China haya disminuido sus emisiones de carbono un 25%. Otra cuestión sobre la que aun no hay datos, es cómo afectará la ausencia de presión humana a la fauna urbana. Seguramente, sin intervención humana, las calles tendrán la oportunidad de renaturalizarse durante un breve período de tiempo.
Queremos observar cómo se comportan las aves antes y después del aislamiento, comparar cambios en el uso de espacios y si aumentan o disminuyen determinadas especies en una zona. Sabemos que hay muchas especies que son dependientes en mayor o menor medida de desperdicios procedentes de nuestra actividad diaria, o gracias al aporte voluntario que los ciudadanos proporcionan. La interrupción de estos subsidios puede suponer una alteración de los hábitos diarios de estos animales.
Ante esta situación, los animales pueden emigrar, adaptarse cambiando sus conductas de forrajeo y su uso del espacio, o pueden verse repercutidas en su salud y éxito reproductor, sobre todo si la interrupción se produce en momentos desfavorables o críticos del año.
Por otro lado, la ausencia de tráfico y personas por la calle puede hacer que las aves se alimenten a distintas horas, se confíen más, bajen más al suelo, etc., o que incluso aves generalmente más reacias a la vida urbana se aproximen a este tipo de entornos. Por ello, comparar los hábitos de las aves durante y después de las medidas de emergencia que frenan las actividades diarias en las ciudades supone un contexto inaudito para medir el comportamiento de las aves urbanas y nuestro efecto positivo o negativo sobre ellas.
Ahora que estamos en casa, todos podemos dedicar un ratito de nuestro tiempo a observar las aves que vemos desde nuestra ventana y anotar los cambios siguiendo los pasos que os damos en el documento descargable.
Este proyecto de ciencia ciudadana, promueve la observación de aves y el disfrute de nuestra naturaleza más cercana, además de la recolección de datos que nos ayuden a entender mejor el ecosistema urbano. Se trata de realizar observaciones de al menos 15 minutos en tres franjas horarias (entre las 08-09h, entre las 14-15h y entre las 18-19h) y anotar las aves que vemos desde nuestra ventana en estos días de aislamiento. Lo ideal es que hagáis observaciones en las tres franjas, para que no se nos escape nada, pero si no podéis, elegid la que mejor os venga. Cuando el aislamiento acabe, seguiremos realizando observaciones por unos días más ¡Así es como compararemos los cambios!
Descarga el documento #yopajareoencasa – toma de datos para empezar a apuntar tus observaciones y tú localidad. Las fichas rellenas se enviarán al correo ecourbe.avesurbanas@gmail.com. Si te gusta la iniciativa, compártela en redes usando el hastag #yopajareoencasa
Hola,yo vivo en el barrio del Pilar en Madrid. Antes del estado de alarma venía observando que,de vez en cuando,se me colaba un gorrión en la cocina si dejaba la ventana abierta. Ahora que llevamos una semana de confinamiento sigue ocurriendo lo mismo. Por cierto, son muy listos,no comen pan duro
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Mi madre vio el Lunes 30 de marzo un mirlo en la azotea cuando normalmente solo los vemos en árboles y en forcejeando los jardines
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Estos últimos días he estado viendo dos mirlos comunes negros y se posan sobre mi azotea, las farolas, se pone sobre casi todos los edificios de la calle, se ponen a piar por la mañana y sobre la media tarde y van a visitar un comedero que ha realizado una vecina con migas de pan y un cacito de agua en la ventana
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