Cada modelo de coche produce una mayor o menor emisión de CO2. Esta es la principal fuente de contaminación en las ciudades con efecto directo sobre el cambio climático.
El planeamiento urbano tiene mucho que decir en este sentido. Esta planificación debería constituir la garantía pública de que el desarrollo de la ciudad se realiza en beneficio de todos; sin embargo, lo que garantiza es el beneficio de unos pocos en detrimento de la mayoría de los ciudadanos. Hay que evitar que la planificación urbana se convierta en un instrumento al servicio del sistema producción/consumo, evitar que la vivienda sea otra mercancía. Los precios de esta mercancía la hacen inalcanzable a la mayoría de los jóvenes, los inmigrantes o los marginados. Los menores precios de las viviendas en las localidades periféricas de la gran ciudad provocan una deslocalización del hábitat urbano, con el consiguiente incremento del consumo energético en los desplazamientos, su incidencia en la emisión de gases de efecto invernadero y sus lamentables consecuencias en el cambio climático. La deslocalización de otras funciones urbanas como las laborales, comerciales, sanitarias… fomenta el uso del vehículo privado hasta el punto de hacerlo indispensable. Además, la imagen del automóvil privado como icono de prestigio social se ha instalado ya en la conciencia de todos los ciudadanos.

El problema de la movilidad cautiva en las ciudades y sus zonas metropolitanas es muy grave y exige soluciones imaginativas.
¿Sabías qué…
>> en la ciudad se consume mucha energía en forma de combustible?
>> la velocidad desmesurada alcanzada en las ciudades no ayuda al ahorro de combustible?
>> Europa debate fijar nuevos topes de velocidad para reducir la contaminación: 110 km/h en carretera y 40 km/h en ciudad?
>> en en centro de una ciudad como Sevilla se hacen 1.000.000 de recorridos de vehículos en un día?