Admiro tu valentía de pedir públicamente que alguien te «aporte un poco de luz». Ya que eres un preocupante caso de persona que mira el mundo por un agujerito, necesitas urgentemente que alguien ilumine la oscuridad que hay alrededor de tus estrechas miras. Aunque quizás lo que descubras no te guste, ya que podrás darte cuenta de que no eres el centro del universo, que el mundo no gira en torno a ti y que hay muchas más especies que, por suerte, hacen de este cochino mundo algo más agradable para todos.
El camión que recoge la basura a las 2 de la mañana, ¿ese no te molesta verdad? Pero al camión lo perdonamos, hay que recoger la basura. ¿Pero mirlos? ¿para qué queremos mirlos? no sirven para nada más que para no dejarte dormir a ti. No son indicadores de que hay vida… de que hay vegetación y parques… ¡de que hay árboles! Total, en la ciudades no necesitamos los árboles para nada, con nuestro hormigón, nuestros coches y nuestro humo, nos basta.
A mí me da miedo pensar que hemos sido capaces de construir una sociedad en la que escribimos al ayuntamiento para que nos libre de los mirlos. Que haya un periódico que lo publique sin ni siquiera clamar la absurdez de la queja. Y lo que más miedo me da, es que encima el ayuntamiento se planteará que los mirlos son una fuente de conflictos que no deja estar a sus ciudadanos a gusto.
Todos sabemos quiénes son los que salen perdiendo en estos casos.