Esos animales olvidados y normalmente repudiados por los humanos, entre los que el mito de Drácula no hizo más que crear estragos. Ni mucho menos dañinos para el hombre, estos mamíferos alados solo buscan la pacífica convivencia con nosotros, quienes respondemos con asco, palos y muchas veces matanzas, aunque sobra decir que es falso que beban sangre y muerdan a la gente. Son insectívoros en su mayoría e hibernantes y en este caso os hablaremos de los dos quirópteros urbanos más fáciles de reconocer en nuestro cielo por ser una la especie más grande y la otra la más pequeña.
Los Pipistrellum, los más pequeños, con una envergadura de 20-25 cm y peso de 3-8 g. son de amplia distribución y en nuestras ciudades es común que establezcan su lugar de cría en cajones de persianas, juntas de dilatación y chimeneas. Tienen la importante función de limpiar de insectos nuestras ciudades.
El nóctulo gigante, mide medio metro con las alas extendidas y pesa más de 50g, y de toda Europa es en España (aunque no en todas sus localidades) donde se cuentan más ejemplares, destacando la población de Sevilla como la más importante a nivel mundial. Esta rareza de la naturaleza usa como refugio las oquedades de los árboles grandes y por eso habitaban en los jardines del Alcázar hasta que unas podas en 2001 acabaron con ellos. Se pusieron cajas nido intentando remendar el error, pero ya no volvieron. Así este monumento sevillano perdió parte de su fama internacional y los nóctulos quedaron recluidos al Parque de María Luisa donde ahora tienen su población más importante de unos 500 ejemplares.
Otro ejemplo que ilustra una vez más como los núcleos urbanos son elementos importantísimos en el ciclo de vida de muchas especies y que tenemos que aprender más a convivir con ellas y menos a destruirlas. Además, no es fascinante que mirando por la ventana de nuestra habitación en un atardecer podamos observar al gigante nocturno más grande de Europa. ¡¡Os aseguro que cuando lo veáis sabréis que es él!!

